domingo, 9 de noviembre de 2014

La corrupción, el mérito y la UPM.



Después de leer este artículo de Antonio Muñoz Mólina en el diario El Pais de hoy no puedo más que recomendarles su lectura:

http://elpais.com/elpais/2014/11/05/opinion/1415191412_644375.html


Las ideas y las reflexiones que se transmiten son la médula espinal del supuesto sistema administrativo español, las conexiones nerviosas necesarias para que el sistema funcione y el bienestar llegue a todos los ciudadanos. No es en definitiva nada novedoso, ni extraño.
Pero, hoy, la realidad es muy diferente como todos bien sabemos. En España todo esto suena hoy a chino, se han perdido los controles y la impunidad campa a su anchas, cualquier mindundi al que le dan un mínimo cargo de responsabilidad puede libremente creerse un mafiosillo con derecho a todo, o en términos más españoles el "cacique" del lugar, dueño de vidas y haciendas.

La UPM no escapa a este diagnóstico. Precisamente es un caso bastante grave y paradigmático del mismo al tratarse de una universidad pública que como hemos dicho "debería ser" (vean nuesto anterior post, titulado "Lo que es y lo que debería ser")  una institución especialmente vigilante con las cuestiones "éticas", con el uso del dinero público, el respeto debido al trabajo, el mérito, la transparecia, etc, etc.

La decadencia acelerada en que se encuentra la UPM no es sólo achacable a un equipo rectoral y de gerencia sumergido en la incompetencia y el nepotismo. Es cuestión de todos, todos callan y permiten un estado de cosas putrefacto, faltando así a la responsabilidad que la función pública exige de sus servidores.

En fin, a ver como acaba este titánic. Quizás el momento del naufragio suponga la catarsis necesaria.


Permítanme que acabe con una cita del artículo recomendado:

"En cada ámbito de la administración se han instalado vagos gestores mucho mejor pagados siempre que los funcionarios de carrera. Obtienen sus puestos gracias al favor clientelar y ejercen, labores más o menos explícitas de comisariado político. Pedagogos con mucha más autoridad que los profesores; gerentes que no saben nada de música o de medicina pero que dirigen lo mismo una sala de conciertos que un gran hospital; directivos de confusas agencias o empresas de titularidad públicas, a veces con nombres fantasiosos, que usurpan y privatizan sin garantías legales las funciones propias de la administración. En un sistema así la corrupción y la incompetencia, casi siempre aliadas, no son excepciones: forman parte del orden natural de las cosas".


¿Les suena queridos compañeros upemeros? ¿En el subrayado no les entran ganas de añadir...o gerentes que no saben nada de educación pero acaban dirigiendo una universidad?